Luego del lanzamiento de Computer World, los 80s abrían sus puertas a una nueva etapa de Kraftwerk, mas inclinada al Pop que a las raíces experimentales de la banda germana. Esto quedó patente en su nuevo trabajo, el álbum Techno Pop de 1982, donde a través de su single Tour de France los miembros del grupo homenajeaban a un deporte que todos admiraban: el ciclismo. Tanto la canción como el álbum gozaron de cierto reconocimiento en Europa, pero la elevada competencia en el mercado musical de los 80s había mermado la popularidad de Kraftwerk, situación que quedó clara con el lanzamiento de Electric Café en 1986, un disco que pasó sin reconocimiento alguno.
Luego de varias diferencias creativas y personales en el seno de la agrupación, los germanos decidieron detener sus actividades a fines de los 80s. Para recuperar algo de la popularidad que habían gozado antaño, Kraftwerk editó en 1991 su álbum The Mix, donde la banda remixaba algunos de sus éxitos, dándolos a conocer a una nueva generación de escuchas, en un contexto donde el techno empezaba a gozar de explosiva aceptación en los mercados musicales de occidente. Poco puede decirse de la actividad de la banda durante los años 90s: además de unos pocos shows en vivo, Kraftwerk publicó un remix de Tour de France, y un nuevo single llamado Expo 2000, compuesto para sonorizar la feria mundial de Hannover que se celebraría en ese año.
El nuevo milenio aparentemente logró disolver los conflictos que habían socavado la actividad de los germanos, y en 2003 Kraftwerk publicó su primer álbum de estudio desde 1986, Tour de France Soundtracks (no confundir con el single Tour de France), un trabajo conmemorativo de los 100 años de la célebre competencia ciclista francesa. El efecto que este disco generó fue positivo, en tanto permitió a Kraftwerk comenzar a delinear nuevas giras, que al estilo de antaño serían revolucionarias desde el punto de vista técnico. En asociación con Sony, Kraftwerk comenzó su mas famosa gira, Minimum-Maximum, inicada en 2005 y que llevaría a la banda a visitar las ciudades mas importantes de Europa y EEUU. Pese a la aclamación que tuvo la gira, las malas noticias estaban a la vuelta de la esquina: Florian Schneider, co-fundador de Kraftwerk, abandonó en 2008 la banda alegando diferencias creativas, quedandose la agrupación sin uno de sus pilares creativos.
La partida de Schneider no impidió que Kraftwerk continuara sus presentaciones, las que siguen hasta la fecha, y siempre innovando desde el punto de vista tecnológico para lograr shows explosivos. Sin embargo, la banda no publicó nuevo material de estudio desde 2003, lo cual ha limitado la labor de los germanos a vivir del recuerdo de sus años dorados, llevando lo mejor de su repertorio a nuevas generaciones de escuchas.
El legado de Kraftwerk es indiscutible. Y es que esta modesta banda, iniciada con la premisa de experimentar las capacidades que la electrónica tenía, permitió sacar a la música electrónica del limitado espacio en el que estaba a mediados de los 70s. Fue gracias a la contribución de Kraftwerk que se pudo hacer música electrónica pop, y es gracias a ese legado que durante las décadas sucesivas muchos artistas del género han rendido tributo a la labor de estos germanos. Sin temor a pecar de exageración, es claro que sin Kraftwerk no hubiese existido el New Wave de los años 80s, el Techno de los 90s o el Electro de los 2000s, y eso es algo por lo que todos los melómanos estamos agradecidos.
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